El tren que lleva pasajeros a Brasil
 2014 pasó y Venezuela no pudo estar en la parada a la hora indicada 
para montarse y viajar sin contratiempos al mundial. Ahora toca 
reinventar el viaje para tratar de llegar al destino, solo que eso ya no
 depende del pasajero, sino de si aparece un lugar para los que están en
 lista de espera. 
El gen futbolístico del venezolano sigue 
marcando pauta en los momentos apremiantes. Para ir al mundial debes 
ganar ante cualquier situación y bajo cualquier escenario, pero esa no 
es la verdad de Venezuela. Una vez mas no pudo sacar la victoria en el 
partido crucial, se perdió el bonito y otra vez con Uruguay. 
César
 Farías quiso enmendar el error apostando a todo, buscando el empate a 
toda costa, situación que lógicamente debía darse de esa forma porque ya
 no había otra opción. Pero la medicina que utilizo el entrenador 
nacional fue curativa, un grave error derivado de la planificación del 
partido. La medicina debió ser preventiva. 
El combinado patrio 
siguió el mismo libreto de las ultimas dos eliminatorias en casa frente a
 Uruguay donde llegaba urgida de puntos y necesitando ganarle a los 
charrúas para acercarse a ellos. En esta ocasión el escenario favorecía a
 los vinotintos, sin embargo no se supo aprovechar esa ventaja. 
A
 partir de ese aspecto situacional el planteamiento del partido de los 
criollos debió ser el de esperar al rival, desesperarlo y jugar con la 
necesidad de ellos. Sin embargo no fue así, todo lo contrario, la 
selección salió a querer comerse al contrario de manera desmedida. A un 
rival tan curtido en este tipo de partidos y con tanto oficio para estos
 escenarios es un despropósito ofenderlo de esa manera.  
La 
confección del equipo venezolano esta hecha para aguantar bien parados, 
en bloque y a partir de los espacios que genera el rival sacarle 
provecho para generar llegadas que puedan herir a los contrarios. El 
combinado patrio no tiene la virtud de salir beneficiado cuando tiene 
que buscar a los rivales, los resultados así lo demuestran cada vez que 
tiene necesidades de puntos. 
La Copa América de Argentina 2011 es
 la mejor prueba, allí están todos los escenarios. Los partidos mejores 
amortizados fueron cuando esperó sin desesperarse bien compacta, sin que
 necesariamente esto signifique que se encerrara desfachatadamente 
generando repugnancia en su futbol. De esos 
partidos se derivó la
 clasificación a instancias definitivas y la mejor actuación en la 
historia del futbol venezolano en la competencia. 
Pero cuando 
tuvo que ir a buscar el partido sufrió Venezuela, con Chile primero y 
luego con Paraguay quien terminaría eliminando a los dirigidos por 
Farías. 
Las conductas se intercambiaron el martes por la noche en
 el CTE Cachamay y eso lo supo aprovechar el onceno dirigido por Oscar 
Washington Tabarez, el trabajo se facilitó para los celestes porque sin 
duda alguna con la desbocada ofensiva venezolana se generaron demasiados
 espacios y el abanico de opciones fue mas amplio a la hora de sacar 
provecho. 
A Venezuela le falto jerarquía, tranquilidad y 
sobretodo calma, algo que a Uruguay le sobró, además de la experiencia y
 la madurez, méritos que justifican sin atenuantes la victoria uruguaya 
en Puerto Ordaz. La juventud fue un factor influyente en lo que fue el 
conductismo de la selección y siempre ha sido así. Tener el ambientazo 
que había alrededor de la ciudad, en un estadio completamente empujando 
desde antes del partido definitivamente terminó comprometiendo al grupo 
para buscar complacer a la fanaticada y retribuir ese apoyo dejando de 
lado los intereses realmente importantes. 
Es ahora cuando algunos
 ya saben porque se decía que el partido era de seis puntos y no de 
tres, ellos no solo ganaron los tres en disputa, sino que no permitieron
 que la vinotinto sumara siendo el rival más directo en ese momento. 
Ganar ese partido significaba tomar una ventaja importante sobre los mas
 cercanos perseguidores por el quinto puesto y mantenerse con opciones 
reales de quedarse con el cuarto lugar de la clasificación. 
Uruguay
 haló de la camiseta a Venezuela para despojarlo del lugar del 
repechaje, ahora lo defenderá hasta con los dientes y los criollos pasan
 a depender de resultados para poder clasificar partiendo de la base de 
obtener los nueve puntos restantes.                  
El alardeo y
 la petulancia han sido las características que han invadido a todos los
 venezolanos cuando se medio ve la puerta abierta, existe la mala 
costumbre de contar los pollos antes de nacer. Es por eso que la 
cachetada es mas dolorosa.