Todo lo que comienza de mala manera, 
termina de la misma forma. Al menos un noventa por ciento de los casos 
así lo refleja. La situación de Llaneros de Guanare lejos de ir tomando 
buena forma con el pasar de los días ha ido complicando mas su escenario
 y matizando de colores oscuros el panorama y el porvenir del conjunto 
cuando se levanta la vista hacia el horizonte. 
Volver hablar de 
los problemas que se presentaron para poder iniciar los entrenamientos 
de precompetencia sería llover sobre mojado, no es necesario repetir 
tanto esos incidentes aunque si es claro y evidente que a partir de allí
 se origina todo lo que pueda venir para el club verde y azul. En algún 
momento se pudo pensar que había que aferrarse a la teoría de muchos 
técnicos del futbol nacional que dice que lo importante no es como 
arrancas sino como terminas.  
Esa segunda forma de pensar que 
contraviene la del primer párrafo de este escrito quizás era la 
esperanza mas grande para todos los que sienten de una u otra manera en 
profundidad todo lo que le sucede al batallón santo. Pero para llegar a 
esa forma de “terminar bien” hay que enderezar las cargas lo más pronto 
posible o lo mas rápido luego del error cometido. 
Sin embargo la 
brújula indica que el norte de la institución coromotana está perdido, 
que siguen marchando cual escuadra o pelotón en un patrullaje por 
territorios equivocados, terrenos enemigos que lo ponen en peligro y que
 le dejara muy pocas probabilidades de existencia. Aquella agrupación 
continúa con el rumbo equivocado porque su líder o el cargado de leer la
 saetilla han fallado y no son capaces de asumir las responsabilidades 
para tratar de corregir. Así está Llaneros de Guanare. 
Cuando las
 deudas y los problemas son la actualidad del onceno guanareño pocos son
 los dolientes y menos los dirigentes. A nueve días por arrancar el 
Torneo Apertura 2013 la cantidad de conflictos que hay en todo el 
entorno de Llaneros es realmente preocupante. Pero lo que mas preocupa 
es que lo dirigencial ya ha repercutido en la tranquilidad o armonía 
grupal. El incidente acontecido en el partido de preparación frente a 
Estudiantes de Mérida en que se fueron a las manos los jugadores en el 
terreno de juego, situación iniciada por uno de los defensores del 
cuadro local, no solo es un acto bochornoso que tal vez pudo haberse 
originado por esas situaciones de futbol que suceden allí abajo en el 
terreno y que desde la tribuna no se pueden percibir o mas bien oír. 
Pero
 por otro lado también da para pensar que este hecho puede ser derivado 
por la tensión que hay dentro de la plantilla de jugadores y cuerpo 
técnico por las circunstancias en que se encuentra la institución, a la 
que le encaja perfectamente aquel tema de Guillermo Dávila que dice 
“barco a la deriva que se hunde un poco cada día”. Por cierto y ya que 
la comparación es con un naufragio ¿Quiénes serán los primeros en 
abandonar al equipo? Porque cuando un barco se hunde los primeros en 
buscar lo seco son los roedores. 
Lo cierto es que aquí la falta 
de compromiso es de los encargados de buscar el dinero para el buen 
funcionamiento del equipo porque el grupo de jugadores ya ha demostrado 
su compromiso con la camiseta guanareña, la mayoría de estos jugadores ha
 pasado por situaciones similares en el pasado con Llaneros y han muerto
 con las botas puestas, pero la cuestión no ha sido reciproca por parte 
de la dirigencia que en este momento solo cuenta con dos nombres 
operativos, León Sicilia y “tolo” Méndez o almenos son los que se ven en
 el día a día por estos tiempos del equipo. 
El problema de 
Llaneros de Guanare es de dinero, y la pregunta que esta en el ambiente 
es ¿Por qué el gobierno regional como principal musculo financiero del 
conjunto no ha bajado los recursos? Al no haber una respuesta clara por 
parte de quienes la tienen, comienzan las deducciones y los posibles 
escenarios: Les dieron el dinero de la campaña pasada, no rindió y como 
no han justificado pues no se les puede otorgar mas hasta tanto estén al
 día o simplemente el gobierno regional dice “no hay plata”. Son simples
 pensamientos que rondan la cabeza del ciudadano común que se pregunta y
 se responde a sí mismo el ¿Por qué de esta situación tan 
crítica en el cuadro coromotano? 
Pero mucho de lo que hoy sucede 
es culpa también de los dolientes silenciados, aquellos que pregonan el 
sentimiento por su equipo pero que a la hora del té se les enfría el 
guarapo. Todos se quejan de este tipo de situaciones pero nadie 
protesta, nadie levanta la voz y es sólo porque todos tienen rabo de 
paja. Todos se quejan del manejo del equipo y de que los directivos ya 
tienen una década manejándolo y siempre es lo mismo, pero nadie alza la 
voz para pedir fiscalización, rendición de cuentas y mucho menos para 
exigir elecciones, a sabiendas de que la Fundación Llaneros de Guanare 
Futbol Club es de todos los ciudadanos guanareños y que se financia con 
el dinero de los ciudadanos. 
Sin que esto suene de forma 
peyorativa, dada las circunstancias y tomando en cuenta que sin observar
 mejoras en corto plazo y que las cosas se están complicando aun mas, 
este equipo no está para competir en este momento en la máxima categoría
 del balompié venezolano y no es por la capacidad de los jugadores o 
cuerpo técnico sino por lo destartalada que está la institución ahora 
mismo.  
La única posibilidad de salvación es que los resultados 
no sean negativos almenos en los primeros cuatro partidos, de eso 
depende la sanación de las fisuras que ahora mismo están a punto de 
estallar y hacer que el nombre de Llaneros de Guanare nuevamente quede 
en ridículo en el concierto del futbol venezolano y manchar el nombre de
 Guanare como ciudad una vez mas luego de que hace dos años se lograra 
limpiar y dignificar.        
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