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Foto: Cortesía Diario Marca. |
La Temporada 2017 – 2018
no ha podido comenzar de mejor manera para el Real Madrid. Dos títulos en ocho
días así lo demuestran, además de la categoría de los rivales a los que
enfrentó el cuadro merengue insertan una plusvalía a los trofeos conquistados
en estos primeros partidos oficiales de la naciente campaña. Manchester United
por la Supercopa de Europa y su archirrival, el Barcelona FC por la Supercopa
de España.
Quizás el ajustado
marcador de dos por uno en el duelo único ante los diablos rojos que dirige
José Mourinho no hable con mucha claridad, pero el amplio margen y la categoría
con la que se sacó al cuadro culé tanto en la ida como en la vuelta evidencian
un equipo que le pasó por encima al elenco futbolístico por excelencia de los
últimos dos lustros.
En el primer
enfrentamiento escenificado en el Camp Nou los de Zinedine Zidane mostraron en
claro la superioridad que viven sobre su clásico rival. A pesar de haber
iniciado ganando producto de un gol en propia puerta de Gerard Piqué, los
blancos no dejaron duda en ningún momento y con un excelente funcionamiento
táctico, buen volumen de juego y una gran transición defensa ataque terminaron
de concretar una victoria cómoda tras los goles de Cristiano Ronaldo y Marco
Asencio.
Barcelona nunca descifró
el juego madridista y si ahondamos un poco más, los blaugrana nunca opusieron
resistencia para poder competir con la maquinaria que se les paró en frente.
Las intentonas del equipo de Ernesto Valverde vinieron de manera esporádicas y
aisladas que terminan generando una preocupación enorme de cara a la campaña
que está arrancando. En el primer juego fueron sólo 10 minutos los que el barca
intentó complicar al Madrid y en ese lapso igualó a un tanto la serie para el
momento, con el atenuante de un penal en jugada polémica.
Valverde diseñó un
esquema 3-5-2 que le permitiese poblar la mitad de la cancha para interrumpir
la fluidez del juego blanco, tratar de hacerse con la posesión de la esférica y
al tiempo poner mano a mano a sus carrileros Sergi Roberto y Jordi Alba con los
laterales Marcelo y Carvajal. Nada de eso pudo ser posible, pues Asencio
desarmó aquel proyecto con un gol de camerino a los cuatro minutos de haber
iniciado el compromiso en el Santiago Bernabéu.
A partir de aquella
anotación, fue todo para Real Madrid. Los de Zidane mostraron un juego
espléndido y efectivo, todo generado a partir de la recuperación de la pelota
en un tiempo corto. Incluso asfixiando la salida del Barcelona en zona uno,
obligando a los culé a tener que tirarla larga para rifarla y allí siempre ganó
el onceno de la capital española. El Real fue respetuoso al bajar el pie del
acelerador una vez concretado el segundo tanto - una joya de gol - en los
botines de Karim Benzemá.
A la escuadra merengue no
se le ven fisuras por estos días, iniciaron con el mismo ritmo que terminaron
la zafra pasada, jugando muy bien, ganando y mostrando una huella de la
filosofía de su entrenador. Hasta sin Ronaldo en cancha. Quizás la interrogante
para ellos sea si pueden mantener ese pico alto durante todo el año. Pero en
contraparte, Barcelona muestra muchas falencias que pudieran tratar de resolver
en el último suspiro del mercado de pases. Buscando alternativas siempre en
función de Messi, quien no se ha visto muy bien jugando como nueve junto a
Suarez, pues mientras no tenga un creativo que le pase la bola limpia poco
podrá hacer el argentino.
La mejor versión de
Lionel se ha visto en los últimos años jugando un poco más atrás, en la zona
media. Utilizando su habilidad y carisma con la pelota para gestar el juego de
los catalanes. Y hasta acompañado de otro gran 10, Neymar, quien se marchó y ya
en Barcelona lo comienzan a extrañar. Por lo menos eso ha dejado entrever en
estos partidos. Otra interrogante es ¿cuánta espalda tiene para soportar en DT Valverde
un banquillo que está muy caliente en este arranque de temporada?