jueves, 18 de julio de 2013

Deportes de Primera



El que Arriesga Tiene Derecho a Ganar…

El 17 de diciembre de cada año es una fecha con un valor intangible para los venezolanos y también para los países bolivarianos, ese día conmemoramos el fallecimiento del Libertador Simón Bolívar. El día que traemos citado pero del año 2012 marcó el destino y sobretodo el rumbo de una institución que decidió liberarse de una generación de jugadores consagrados para darle paso a la juventud con sangre nueva.

Atónitos quedaron los seguidores de la fuente del baloncesto cuando el conjunto de la capital realizó su presentación oficial a la prensa para afrontar la temporada 2013 de la Liga Profesional de Baloncesto. Luego de muchos años de grandes logros y triunfos la dirigencia junto al entrenador Néstor Salazar decidieron no incorporar para este año a figuras como Leandro García Morales o Jack Martínez en la importación, Juan Herrera, Windy Graterol que estaría jugando en el baloncesto de Puerto Rico y las salidas desde hace algún tiempo de Víctor David Díaz y Henry Páez, claramente quedaba la brecha abierta para la generación de relevo que se viene formando en la institución caraquista y que viene pidiendo pista desde hace rato.

Las dudas comenzaron a generarse en el entorno del baloncesto profesional venezolano, las interrogantes brotaron cual burbujas en un baño de espuma; ¿Cómo van a dejar por fuera a Jack, Leandro y Herrera, están locos? ¿Esos muchachos no van a poder con el peso de la camiseta? Entre muchas frases con entonación de interrogación que se generaron los días previos al inicio del torneo.

La temporada comenzó su andar y los saurios no pudieron comenzar como en anteriores oportunidades, era obvio, había un nuevo grupo que se estaba amalgamando y tomándole el ritmo a la liga, supieron aferrarse a la parte media de la tabla para mantenerse con vida aunque con muchos contratiempos que en algún momento pusieron en duda su clasificación a la postemporada.

Sin embargo, este año el calendario sería diferente con relación a las anteriores ediciones de la LPB, contaría con más partidos y por ende determinaba una ronda regular mas larga, situación que le permitiría a Cocodrilos recuperarse y subir su nivel de juego a tal punto de que pudieron entrar sin mayores inconvenientes a la primera ronda de semifinales. Luego en postemporada protegidos por el aura denominada “la suerte del campeón” estuvieron en jaque en esa primera fase semifinal y también en la segunda ronda, donde curiosamente Marinos le daría vida a los reptiles y la oportunidad para que entraran a la gran final.

En la otra acera estaba el acorazado oriental listo para disputar el campeonato. Luego de una ronda regular sin contratiempos en la que se mantuvo en el primer lugar de principio a fin, abriendo un paréntesis donde una seguidilla de derrotas que le permitieron al segundo y tercer lugar de la tabla acercarse a los anzoatiguenses generaron nerviosismo en el seno de la institución naval, determinando así la salida de su estratega Jorge Arrieta, sustituido por su asistente Henry Paruta.

Fue el único manchón de Marinos en primera ronda. Durante la postemporada continuó siendo el Goliat de la liga y contundente candidato al campeonato, superando las dos instancias sin novedades e inclinando la balanza a su favor en las apuestas para quedarse con el trapo campeonil frente al conjunto de Caracas que si tuvo muchos traspiés para llegar allí.

Los saurios afianzados en la labor colectiva pudieron conseguir el objetivo con coraje y pundonor, había poco que perder y mucho que ganar. El escenario estaba servido para que los portocruzanos se alzaran con el campeonato. Las estadísticas, los desafíos durante esta temporada, la manera como fueron superando cada una de las instancias le colocaban el muro mas alto a los dirigidos por “mamá osa”.

Además llegar a un séptimo juego final en la “caldera del diablo” le daba un sabor de mucho morbo a la situación, en esa circunstancia Marinos solo había perdido una sola vez, el 6 de junio de 1990 contra los Cardenales de Portuguesa, los Bravos de Carl Herrera Allen, el mejor basquetbolista en la historia de Venezuela.

La nota triste de ese gran espectáculo deportivo que brindó la gran final y que ha generado gran revuelo en la sociedad venezolana fue el mal comportamiento de algunos desadaptados que no permitieron que el partido se terminara de jugar, arrojando objetos contundentes, botellas de vidrio que volvieron el recinto deportivo en una batalla campal y que terminó derivando la confiscación del partido a falta de 3.8 segundos por jugar y dejando como campeón a Cocodrilos.

Todo lo sucedido en el Luis Ramos no es por culpa del licor que puedan comercializar dentro del recinto, si ese fuera el factor entonces el beisbol tuviese las mismas conductas. Este flagelo es un problema de sociedad, de cultura, de educación, del país en que vivimos, la violencia que vivimos día a día sobretodo a través de películas y series televisivas entre otras. Ese tiene que ser el camino que conduce al origen de la conducta violenta en los espectáculos públicos deportivos del país, bien sea futbol, baloncesto o cualquier otro.

En 1990 cuando el conjunto guanareño logró el campeonato en ese mismo recinto, Rubén Mijares saludando y felicitando a los portugueseños al final de la transmisión radial del circuito de Cardenales felicitaba a la gente de Puerto La Cruz por el comportamiento cívico en el que se mantenían porque el gimnasio estaba lleno desde las 5 de la tarde y desde esa hora estaba abierta la venta de cervezas. El partido culminó sobre las 10 de la noche y nadie se movió del graderío hasta que el campeón de aquella final levanto su trofeo.

Por todo lo que supo superar Cocodrilos de Caracas hoy son justos campeones. Felicidades para ellos, así como para este espacio que con esta edición cumple su primer aniversario compartiendo con ustedes, desde aquí gracias eternamente a quienes dedican su tiempo para leer Deportes de Primera.

viernes, 12 de julio de 2013

Deportes De Primera




¿Qué pasa con la selección?...

Venezuela será sede del próximo premundial de baloncesto en tan solo algunas semanas y para ello se ha realizado el llamado al grupo de jugadores que afrontaran dicha competencia defendiendo la camisa nacional. Apatía y desidia fue la respuesta de los jugadores el día de su llegada a la concentración.

Sea cual sea la causa, es un muy mal síntoma de cara a lo que se viene. En el baloncesto nacional se ha hecho habitual este tipo de situaciones de indisciplina por parte de los jugadores que son llamados a la selección nacional, pero no todo debe ser responsabilidad de los jugadores, cuando todo esto es tan repetitivo también hay que otorgarle buena parte de culpa a la Federación Venezolana de Baloncesto.

Haciendo un ejercicio de colocarse en los zapatos de los basqueteros se pueden conseguir tres escenarios; que algún imprevisto de última hora, problemas con la logística de avión o simplemente falta de comunicación haya negado la posibilidad de reportarse en la fecha estipulada por el cuerpo técnico.

De ser la primera o segunda posibilidad, debió haber comunicación inmediata para informar la novedad, y si el caso es el tercero, entonces la responsabilidad recae en los federativos, sobretodo en el encargado de gerenciar todo lo concerniente al contacto y ubicación de los jugadores. Aunque parece demasiada coincidencia que de todos los convocados, solo cinco llegaron a tiempo.

Si tomamos en cuenta lo reiterativo de este tipo de situaciones, hay que darle dos lecturas al conductismo de los protagonistas; es su forma de reclamar algo que del todo no esta bien pertas adentro o simplemente no quieren estar allí con la selección.

El que Tiene Rabo de Paja…

Son muchos a los que les preocupa la situación de Llaneros de Guanare, sin embargo casi ninguno es capaz de levantar su voz para reclamar y exigir respuestas. El gran grueso de seguidores y hasta dirigentes esperan a que los medios y periodistas que siguen al equipo especialmente generen la matriz de opinión, muy pocos son los que toman la iniciativa de tomar la voz cantante.

Muchos son los que por las calles preguntan sobre la situación actual, que ha pasado o cual será el futuro del batallón santo  a quienes de una u otra manera están vinculados a medios de comunicación que le brindan cobertura al equipo emblema de la ciudad. Otros no se conforman con preguntar, sino que exigen una respuesta, pero se la reclaman a quien no deben.

La labor del periodista es informar. Las conjeturas, análisis y debates se originan a partir de algún hecho noticioso. No son los comunicadores quienes tienen la obligación de exigir respuestas, fiscalizar y solicitar rendiciones de cuentas sobre el manejo de una institución que es patrimonio de todos y que se sustenta con el musculo económico de los ciudadanos. Ese es un derecho de todos, pero que deben exigir los ciudadanos y a partir de allí los medios deben informar.

Muchos lo saben, conocen de este derecho, pero ninguno toma el testigo porque cada quien cuida sus intereses y ninguno quiere arriesgar nada. Es por ello que siempre necesitan de un conejillo de indias para lanzarlo al fuego y cada cual salvar su pellejo. O para que lo entiendan de mejor manera, todos quieren o exigen a los medios y periodistas a que ejerzan presión a través de la matriz de opinión, pero cuando aparezca el dinero tarde o temprano todos quedan tranquilos y contentos, y los periodistas terminan como los malos de la película.

Los espacios en los medios de comunicación siempre van a estar abiertos para quienes tengan algo que decir, la participación debe ser espontanea y sin utilizar a los demás. Los buenos líderes y dirigentes siempre salen a la palestra sin enviar emisarios para que les abra el camino que deben seguir.

Felicidades a los Arbitros…

En las tribunas existen miles, todos son los mejores desde afuera, millones conocen el reglamento pero a su conveniencia. De todos esos miles o millones que desde afuera no opinan sino que destruyen y refutan cada sentencia, pocos son los que tienen los pantalones de meterse en un terreno de juego a dirigir un partido de futbol, futbol sala o futbol playa.

¿Por qué tanto reclamo y tanta denigración para quienes realizan la labor arbitral? La realidad es muy clara, si los mismos jugadores, entrenadores y delegados de equipos no se saben el reglamento, que puede quedar para los que están en las tribunas. Vivimos en una sociedad donde se reclama por todo, pero pocos conocen las leyes. Así pasa en el terreno de juego, todos protestan pero ninguno sabe almenos cuantas reglas tiene el reglamento.

Cada vez que se realiza algún curso de arbitraje, es mínima la participación de entrenadores y delegados como oyentes, ni mencionar la de jugadores. El reglamento es para todos, no solo para los árbitros. Por esos personajes que son huérfanos de amistades sinceras y que con coraje tienen la virtud de decidir en fracciones de segundos lo que los demás deciden hasta con repeticiones… Felicidades a los Árbitros de Futbol Campo, Sala o Playa en su día.