viernes, 14 de agosto de 2015

Deportes De Primera



Un maestro del periodismo deportivo…

Enriquecer los conocimientos definitivamente es lo mejor que puede sucederle a un ser humano, y hay muchos mecanismos o procedimientos para lograrlo. La lectura es uno de los más potentes, por no decir tajantemente que lo es. Pero el día a día también es un poderoso método de aprendizaje, principalmente porque a través de la conversación puedes interpretar y analizar tus vivencias para sacarle provecho.

Cuando se establece una comunicación con un personaje que posee un nutrido portafolio de vivencias y experiencia laboral, definitivamente es mucho lo que se puede absorber de él. Sobre todo si realmente existe el interés de retener esas sapiencias. En Guanare, los periodistas, locutores y personas inmersas o apasionadas por la fuente deportiva tuvieron una gran oportunidad de asimilar de viva voz de uno de los maestros del periodismo deportivo venezolano. Humberto Acosta.

En un compartir muy sencillo, lejos de los protocolos del tradicionalismo, pero con un significado realmente inconmensurable, floreció una interacción de gran valía para quienes en esta zona del país realizan el oficio de informar acerca de los deportes y también para quienes ven en este mundo, una pasión y hasta una forma de vida.

Fueron poco más de dos horas escuchando a partir de anécdotas, experiencias y teorías basadas en sus vivencias, la forma de ver el periodismo deportivo de un hombre con un recorrido intachable de más de cuatro décadas en los principales medios de comunicación masivos de Venezuela.

En aquel foro, Acosta expresaba desde su criterio argumentos que pueden solidificar las bases de futuros trabajadores de la comunicación deportiva, pero quedando resaltado por sobre todas las cosas que a la preparación hay que agregarle el respeto. Sin él, por muy instruido que se esté, no hay éxito.

Contados son los letrados del periodismo deportivo que siguen vigentes entre nuestras fronteras, bien porque muchos ya cumplieron su ciclo u otros porque todavía no alcanzan ese nivel. Pero definitivamente las oportunidades de poder escucharlo y percibir de primera mano todo lo que te pueden ofrecer, son prácticamente nulas por esta zona.

Razón tenían en el Diario El Nacional y ahora en Meridiano, en Venevisión y hasta en Deportes Unión Radio de contar con un recurso humano realmente extraordinario. Humberto Acosta pone el listón muy alto para llegar a la calidad profesional que posee. Pero la clave la compartió con su sello personal, caballerosidad. Y no es más que la instrucción y el respeto.

domingo, 2 de agosto de 2015

Deportes De Primera



El periodista deportivo debe estar academizado…

El periodista o comunicador tiene una gran responsabilidad ante la sociedad que no puede ser menospreciada. Él es un educador, un formador, un ejemplo y hasta un guía de quienes reciben sus mensajes. No es cualquier oficio el de hablar por un micrófono o escribir en algún medio de comunicación.

Sin embargo además de ser una profesión de las menos valoradas económica y  socialmente, recibe el maltrato por parte de la mayoría de los propietarios de medios de comunicación masiva en nuestro país, sobre todo en el interior del mismo. A ellos no les importa la calidad, la preparación y el cumplimiento de los requisitos académicos o de formación.

Es cierto que hace 30 y hasta 20 años atrás era muy difícil tener acceso a la preparación adecuada o universitaria. Por ejemplo en esta zona de los llanos no existía la escuela de Comunicación Social en ninguna casa de estudio superior hasta hace una década, donde en Barinas se abrieron las puertas para ella en una institución privada. De resto, los estudiantes debían movilizarse a Barquisimeto o Mérida, como ciudades cercanas.

Sin embargo, las generaciones pasadas eran preocupadas por la preparación, por la educación como andamiaje principal de la sociedad. Aquellas condiciones y características seguramente dieron pie para que el acceso al trabajo comunicacional no exigiera tajantemente un diploma académico para poder ejecutarlo. Pero claro, había una responsabilidad inexorable por el oficio que avalaba dicha permisología que hoy no existe.

También es cierto que para ser locutor por ejemplo, el principal requisito era poseer una voz fuerte, robusta, un cañón en la garganta. Pero luego de ese principal condicionante el futuro hablante tenía que someterse a una preparación estrictamente diseñada para el trabajo a realizar que garantizaba una comunicación respetuosa, íntegra y de enseñanza. En nuestros tiempos aquello quedó en el olvido.

La globalización mediática permitió que el abanico de posibilidades de hacer uso de los medios se expandiera, y con ello, todo se ha convertido en una aberración. En la fuente deportiva cada vez presenciamos transmisiones de menor calidad, donde los interlocutores asumen el rol protagónico desconociendo a los verdaderos protagonistas. Jugadores, entrenadores, árbitros, dirigentes, entre otros.

Hoy escuchamos a personas hablando en primera persona y colocándose de ejemplo de una manera airada para ganar adeptos. Solo por citar una circunstancia de las que cada vez son más recurrentes. Preocupa que en un mundo tan rico y amplio como lo es el deporte, y donde cantidades exorbitantes de personas tienen acceso, un comentarista no se prepare para la pauta que va a cubrir.

En estos tiempos hay enormes facilidades para prepararse y documentarse, tanto profesional como especializadamente. Allí es donde esta la clave del éxito. Un ejemplo palpable es el de ver cada vez con mayor frecuencia a ex jugadores en las cadenas y canales deportivos, quienes a pesar de haber tenido exitosas carreras como deportistas, no tienen los mismos honores como comunicadores. Es porque hay que prepararse, así como lo hicieron para ser atletas, también deben respetar el proceso de formación para el nuevo rol.

Los patronos de periódicos, radios, canales de televisión o cualquier medio seguirán anteponiendo el dinero antes que la calidad y garantía del trabajo sin importar lo que el público reciba, pero debe ser un compromiso personal el de brindarle a la audiencia un trabajo nutrido en conocimientos y que les sirva a ellos para absorberlos.

Todos tienen derecho a expresarse en cualquier medio de comunicación establece nuestra constitución, pero para trabajos especializados como el deporte, hay que constituirse correctamente. Ir a la universidad y a partir de ahí remozar un talento para beneficio del espectador y respeto de la profesión.